La guerra de Belisia Oriental
- Skale Saverhagem
- Apr 24, 2009
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Desde que la nación de Belisia decidió emprender la conquista de los reinos del Este, no se volvió a escuchar en Azuria la palabra paz. La desdicha se había apoderado de todos ellos como el sueño que se infiltra en el cuerpo agotado… poco a poco, sin que te des cuenta. No había en sus corazones un recuerdo que no hubiera sido desflorado por los vientos del rencor. Y así, la herida continuó abierta y supurando en su interior. Esta es la historia de la guerra, y de los hombres que han luchado por olvidarla.
~ Caballeros del Olvido ~
Parte primera: La guerra de Belisia Oriental
El Castillo Creciente cae ante el asalto final del ejército belisiano
- ¡¿Dónde está la Segunda Unidad?!
- Han ido todos en busca de la princesa…
Los muros externos soportan la última explosión.
- ¡Tercera y Cuarta Unidad, mantengan posición! No debemos permitir que atraviesen esta puerta.
El último de los artilleros ha caído. El castillo es incapaz de frenar el avance enemigo.
- ¡Un pelotón de arqueros se aproxima por el oeste!
- ¡Cortad el ataque enemigo! ¿Dónde está la Guardia del Rey?
- En la plaza, señor. ¡Todo el grueso enemigo está en la plaza!
- ¿Ya han entrado? ¡Se suponía que no alcanzarían la ciudadela hasta…!
Unas corazas chocan contra el suelo. El eco de lanzas es cada vez más obvio. Las pisadas ensordecen los gritos de la Guardia. Alguien entra.
- ¡Excelencia! El ejército enemigo ha penetrado el castillo. ¡¡Se abren paso hacia la Sala del Trono!!
- ¡¿Cómo?! ¿Pero qué están haciendo los soldados?
- ¡La mayor parte de la fuerza se encuentra en el Este, señor! La fuga aún mantiene ocupada a más de…
- ¡¡Excelencia, Majestad!! ¡Ya están aquí!
Un estruendo abre de par en par los portones de la Sala del Trono y decenas de soldados armados flanquean el lugar. En la entrada, el General se muestra triunfante ante su presa. El telón de fondo son los gritos de la guardia que cae a merced de los soldados belisianos. El General dirige una sagaz mirada a la última línea de defensa. Se acabó el juego. Derrotado, el último rey se desploma ante su nuevo señor, llorando de ambos ojos. El poderoso Castillo Creciente había caído, por fin, en manos de la Nación de Belisia.
- Hija mía… ¿por qué nos has abandonado?
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